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La moral descansa naturalmente en el sentimiento. Esforzarse en pensar bien; he aquí el principio de la moral. Hay que ser buenos no para los demás, sino para estar en paz con nosotros mismos. Trabaja de manera adecuada con tu verdadera personalidad. Todo vuelve, no  busques revancha, ni te amargues demasiado. Nadie que haya sembrado mal cosechará felicidad.

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Abrir esa puerta