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Por primera vez se celebra el Congreso Internacional Agustiniano, evento que convoca a religiosos y estudiosos de la obra y trayectoria de nuestro inspirador. 

 


  • Por: Edwin Orlando Henao Acevedo
  • Coordinador de Comunicaciones
  • Universitaria Agustiniana – UNIAGUSTINIANA
  • comunicaciones@uniagustiniana.edu.co

 

Hace 1600 años, 16 siglos, en el año 413 San Agustín comenzó a dar forma a una de sus obras más importantes, La Ciudad de Dios, la misma que hoy reúne a decenas de estudiosos de su trayectoria, quienes por medio del Congreso Internacional Agustiniano comparten su experiencia en torno a los pensamientos del Santo, inspirador de obras como la Universitaria Agustiniana UNIAGUSTINIANA, lugar donde se lleva a cabo por primera vez el encuentro.

Durante la inauguración que estuvo a cargo del Fray Carlos Alberto Villabona Vargas, rector de la Universitaria, se reiteró la trascendencia del religioso, “En nombre de la Orden de Agustinos Recoletos les damos la bienvenida a estos dos días de reflexión de uno los pensadores más importantes que ha tenido la humanidad”, aseveró el Padre Rector.

El Padre Allan Fitzgerald, OSA, el Padre José Uriel Patiño y el académico Alfonso Flórez, fueron los responsables de dar apertura al Congreso.

El Padre Fitzgerald, quien necesitó de traductor para compartir sus ideas frente a San Agustín, compartió una de las intenciones de San Agustín con La Ciudad de Dios: la búsqueda de la humildad.

“La humildad no es una meta que se deba alcanzar, es una forma de vivir en Cristo” señaló el sacerdote, quien agregó que: “El humilde puede esperar a ser parte de la Ciudad de Dios, es la humildad la que construye un camino seguro al cielo".

El evento contó con la presencia de Monseñor Héctor Gutiérrez Pabon, quien resaltó encuentros como este, que nos reúnen en torno al pensamiento religioso y la fe. 

El congreso continuó el viernes, en su segundo día, donde el Padre Enrique Eguiarte reseñó de la Ciudad de Dios cómo San Agustín da claridad de que, aunque las Escrituras Sagradas fueron escritas por los hombres, su único autor es el Espíritu Santo. 

El congreso contó con la participación de invitados nacionales e internacionales, académicos y estudiosos de la vida y obra de San Agustín.