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En muchas ocasiones en nuestra vida, nos hemos visto envueltos en situaciones en las cuales no tenemos la misma motivación para continuar con las actividades que tenemos propuestas. Quizás has llegado a pensar que tal vez la carrera que escogiste es más difícil de lo que pensabas, las extensas jornadas laborales te agobian y no te permiten atender de manera adecuada la clase o es simplemente que la rutina te agota.

¿Sabías que hay dos tipos de motivación, intrínseca y extrínseca?

Tal vez nunca habías oído hablar de estos dos tipos de motivación, la primera hace referencia a ese impulso que nos lleva a hacer las cosas por el simple gusto de hacerlas, la propia ejecución de la tarea es la recompensa. A diferencia de la motivación extrínseca, basada en recibir dinero, recompensas y castigos, o presiones externas. 

Las múltiples ocupaciones de la vida, dificultades familiares, rutina u otros obstáculos en nuestra vida cotidiana, generan que no tengamos el mismo ánimo para continuar con las actividades. En ocasiones estar en aquella zona en la cual nos sentimos seguros de realizar lo mismo o conformándonos con el conocimiento que brinda un docente nos hace estar menos alertas, mantenernos estáticos ante el mundo de posibilidades que nos permite reconocer cuando estamos motivados, si somos conscientes de los esfuerzos que realizamos, que están encaminados en la consecución de una meta a corto, mediano o largo plazo o simplemente cumplimos con las actividades por compromiso.  

Ser conscientes sobre qué nos motiva puede fortalecer nuestro proceso académico, nos permitirá entender qué herramientas poseemos para generar un trabajo autónomo, el cual hace referencia a la capacidad de invertir tiempo en actividades académicas, sin que esto corresponda a una obligación asignada por el docente y que de esta forma evidenciemos frutos y también podamos destacar en la clase u obtener un desempeño académico alto. Algunas veces experimentamos dificultades en el proceso educativo, nos enfocamos en los factores externos que a nuestro parecer son los causantes de un promedio bajo, sin fijarnos que depende de nosotros mismos, el docente no es quien obtendrá un título o tendrá que utilizar el conocimiento adquirido en el mundo laboral, es cada estudiante que decide poner el empeño para obtener un buen proceso académico.

La motivación es un elemento diferenciador entre un adecuado y un inadecuado desarrollo académico, esta posee una importancia fundamental para que cada estudiante muestre interés en su educación y predisposición a aprender. Cuanto más motivado estés, mayor interés tendrás en tu estudio, mayor dedicación y atención prestarás en las actividades y como consecuencia, tendrás mayor facilidad para alcanzar las metas académicas. Igualmente, la motivación permitirá progresar en las habilidades y capacidades, así como superar sus limitaciones. 

Recuerda que reconocer que tienes dificultades en tu proceso y alzar la mano es el primer paso para lograr estrategias de mejora, si deseas conocer cómo mejorar tu motivación y así ser más exitoso académicamente.

 

infografía

 

Si esta cápsula fue de tu agrado y quieres conocer más sobre estrategias para el éxito académico, no olvides descargar la cartilla “Motivación - Un aliado estratégico para la consecución de metas” en https://www.uniagustiniana.edu.co/cartillas-material-educativo

El área de Apoyo Académico te ofrece acompañamiento y orientación para mejorar tus procesos de aprendizaje. Para mayor información, la oficina de Apoyo Académico se encuentra ubicada en el tercer piso de sede TAGASTE contiguo al aula 311B o también puedes comunicarte con nosotros a los correos acom.academico@uniagustiniana.edu.co coor.permanencia@uniagustiniana.edu.co o al teléfono 4193200 extensión 1011 y 1199.
 

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