Es un hecho. Los jóvenes tienen casi el triple de probabilidades que los adultos de estar desempleados y de realizar trabajos de baja calidad, de enfrentar desigualdades en el mercado laboral y de estar expuestos a transiciones largas y más inseguras desde su paso por el sistema educativo hasta llegar a un puesto de trabajo, según explica la Organización de las Naciones Unidas, ONU. 

Por eso cada 15 de julio el mundo habla sobre las habilidades de la juventud, como un momento clave para impulsar el diálogo en torno a la inversión en la enseñanza y la formación técnica y profesional de los jóvenes en todos los países.

Hoy más que nunca es importante alcanzar la recuperación socioeconómica luego de los estragos que ha dejado la pandemia y que está relacionada con los retos que dejan al descubierto el aumento de la desigualdad, el cambio climático, la pobreza y muchos otros factores por los que las instituciones educativas, las empresas y las organizaciones laborales deben establecer políticas para el desarrollo pleno de las habilidades de la juventud.

La educación y la capacitación resultan entonces cruciales para alcanzar el éxito en el mercado laboral. Actualmente, señala la ONU, los sistemas son insuficientes y no responden a las necesidades de aprendizaje de muchos jóvenes, por eso agencias como UNESCO-UNEVOC ayudan a abordar estos desafíos reduciendo las barreras de acceso al mundo del trabajo, asegurando que las habilidades adquiridas sean reconocidas y certificadas y ofreciendo oportunidades de desarrollo de habilidades para los que están fuera del mercado laboral: jóvenes escolarizados y aquellos que no tienen empleo, educación o capacitación (NINI). 

Explorar sus talentos, definir sus virtudes y equiparlos de empleos dignos garantizará su plena participación y el éxito de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

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