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El pasado 26 y 27 de noviembre, treinta y seis jóvenes pertenecientes a los grupos de ESUNA en las sedes Tagaste y Suba, se dieron cita en la Laguna Pedro Palo- Cundinamarca, para vivir un reto cargado de mucha aventura y reflexión personal.

Se trató de un espacio formativo recreativo, en el que los jóvenes pudieron contemplar el misterio de Dios a través de la naturaleza, de la creación misma. Un espacio para la fraternidad y el ocio, que acompañado de una fogata y el cielo estrellado, nos recordó nuevamente lo grandioso de la obra del Creador.

Un cierre para los grupos de ESUNA inolvidable, recordando el trabajo realizado durante el año, pero también los sueños y anhelos para el 2017.

 “Agradecemos a cada una de las personas que atendió el llamado a ser parte de esta experiencia, a los jóvenes de la sede Suba, por iniciar este trabajo en su entorno y a quienes hacen posible que cada día más personas dignifiquen su condición de personas”, dijo el coordinador de Esuna Christian Eduardo Cortés.