La literatura y el periodismo se entrelazaron en un vibrante ejercicio de creación y reflexión durante el encuentro “Relatos Fugaces: una inmersión al mundo de la imaginación”, donde estudiantes, docentes y expertos dialogaron sobre los vínculos entre la ficción y la realidad, entre contar historias y comprender el mundo.

Este espacio nació de un proyecto académico desarrollado por estudiantes de primer semestre de la Uniagustiniana en la materia de Escritura Narrativa y Producción de Textos. El programa, titulado Cuentos Fugaces, fue el punto de partida para un evento dividido en dos momentos: primero, la lectura de cuentos creados por estudiantes de la Uniagustiniana y de la Universidad Manuela Beltrán; y segundo, un conversatorio con invitados de trayectoria en el periodismo y la escritura.

Entre los panelistas estuvieron Fabián Eduardo Rodríguez, comunicador social egresado de la Universidad Central y magíster en Escritura Creativa, y Marta Cecilia Bohórquez, periodista, comunicadora y un doctorado en Sociología, también de la Universidad Central. Ambos abordaron con profundidad cómo la literatura aporta herramientas esenciales para la construcción de relatos periodísticos, dotándolos de humanidad, contexto y profundidad emocional.

“La literatura es una forma de contar los grandes temas del ser humano, y el periodismo se nutre de ella para plasmar la realidad”, señaló Bohórquez, subrayando que el periodismo narrativo encuentra en la ficción no una distorsión de los hechos, sino un camino para comprenderlos mejor.

En esa misma línea, Fabian recordó que incluso el cronista más riguroso, en algún momento, ha coqueteado con la ficción: “crear mundos posibles también es una forma de aproximarnos a la verdad humana”.

Los jóvenes compartieron cómo, a partir de elementos al azar, lograron construir historias únicas, poniendo en práctica la imaginación, el análisis y la capacidad de reinterpretar la realidad desde sus propias vivencias. Se debatió sobre el rol de la creatividad, el poder de la narrativa para generar identificación y el papel crítico de la lectura en una sociedad saturada de información y estímulos visuales.

Uno de los ejes más potentes del conversatorio fue el análisis del papel ético del periodista. “La objetividad es una meta, no una realidad; lo que sí podemos ser es éticos en nuestra forma de narrar”, expresó Fabian Rodríguez. También se discutió cómo temas sensibles como la violencia, el conflicto armado y las víctimas en Colombia aún necesitan ser interpretados desde nuevos ángulos narrativos.

“Todo se ha narrado, pero no todo se ha interpretado”, fue una de las reflexiones que cerró el evento, dejando claro que tanto el periodismo como la literatura siguen teniendo una tarea vigente: dar sentido, emocionar, cuestionar y revelar verdades profundas, fugaces y, a veces, incómodas.