Mejora la satisfacción del cliente: La entrega frecuente de resultados y la adaptación a las necesidades del cliente aumentan la satisfacción del mismo.
Aumenta la productividad: Scrum ayuda a los equipos a organizarse y a trabajar de forma más eficiente. La división del trabajo en tareas pequeñas y la asignación de responsabilidades claras permiten evitar cuellos de botella y aumentar la productividad del equipo.

Mayor flexibilidad: Scrum permite adaptarse rápidamente a los cambios en el mercado o en las necesidades del cliente.
Mejora la calidad del producto: La colaboración constante del equipo y la entrega frecuente de resultados permiten identificar y corregir errores de forma temprana, lo que se traduce en un producto final de mayor calidad.